Conocida por todos como la «doncella de Mayfair» por su virtud inquebrantable, su resoluciĂłn y su elevado concepto de la dignidad, Caledonia Rivers (Callie) es la lĂder de las sufragistas londinenses, la imagen perfecta de lo que tanto disgusta a todos aquellos que estĂĄn en contra de que las mujeres se metan en lĂos polĂticos y pretendan tener un papel en la sociedad. Agitadores, lunĂĄticos e incluso prostitutas la detestan. Sin embargo, estos no son sus mayores enemigos: Caledonia tiene uno peor, un parlamentario dispuesto a no detenerse ante nada para evitar que las mujeres puedan votar y, al mismo tiempo, alguien que desea destrozar su reputaciĂłn por encima de todo.
Hadrian St. Claire lleva una mala temporada con las cartas, muy mala, que amenaza con hacer que sus huesos acaben en el fondo del TĂĄmesis. Por eso, aunque a regañadientes, acepta por dinero seducir a la famosa lĂder para despuĂ©s fotografiar con su cĂĄmara la que ha de ser su caĂda en desgracia. Pero la bella Callie, encantadora y de voz seductora, poco tiene que ver con la idea que Ă©l se habĂa hecho de una solterona desgarbada que odia a los hombres. Y mientras la pasiĂłn entre ambos pasa de las chispas a un fuego mĂĄs que ardiente, quien finalmente estĂĄ en peligro de ser vencido es el propio Hadrian...
Known as The Maid of Mayfair for her unassailable virtue, unwavering resolve, and quiet dignity, suffragette leader, Caledonia âCallie â Rivers is the perfect counter for detractors' portrayal of the women as rabble rousers, lunatics, even whores. But a high-ranking enemy within the government will stop at nothing to ensure that the Parliamentary bill to grant the vote to females dies in the Commons â including ruining the reputation of the Movement's chief spokeswoman. After a streak of disastrous luck at the gaming tables threatens to land him at the bottom of the Thames, photographer Hadrian St. Claire reluctantly agrees to seduce the beautiful suffragist leader and then use his camera to capture her fall from grace. Posing as the photographer commissioned to make her portrait for the upcoming march on Parliament, Hadrian infiltrates Callie's inner circle. But lovely, soft-spoken Callie hardly fits his mental image of a dowdy, man-hating spinster. And as the passion between them flares from spark to full-on flame, Hadrian is the one in danger of being vanquished.